En un lejano país existía una familia muy humilde, cuya única fuente de ingresos provenía de Purita, una vaca lechera muy especial: ¡producía la mejor leche del reino!
Un día, el temido rey Juan de Castilla ordenó raptasen a Purita, además de llevarse a su hijo Daniel como futuro soldado, aunque la astucia de Daniel acabaría sorprendiendo hasta al mismísimo rey.
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